El robo de energía eléctrica causa pérdidas por más de 13 mil millones de dólares, en lo que mucha gente considera un “subsidio ilegal” que reciben los ladrones de los ciudadanos, que cada mes pagan sus recibos.
La situación es crítica y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) debe reforzar las medidas contra el robo de electricidad en todo México, pues se sabe que hay millones de conexiones irregulares en viviendas y negocios.
Es urgente que la CFE entregue al Congreso un análisis sobre los impactos financieros producidos por el robo de electricidad, así como un informe en el que se enlisten a los actores políticos específicos que motivan que algunos usuarios no paguen.
La situación pone en alta vulnerabilidad la estabilidad financiera de la CFE.
El robo de energía eléctrica es un problema de preocupante magnitud económica, pues representa onerosos costos adicionales que son pagados directamente por los usuarios, vía tarifas, o indirectamente por los contribuyentes, vía impuestos y profundizado por los subsidios al sector.
Un punto que ha sido desviado en su atención, es el costo del subsidio legal que la CFE otorga a sus trabajadores, que dejan de pagar millones de pesos por la energía que consumen, dinero que como el que subsidia a los ladrones de energía sale de los bolsillos de los ciudadanos.
Si a esto agregamos el negocio particular que hacen los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad, arreglando medidores para que paguen los usuarios menos del consumo que realizan, nos daremos idea del por qué esta empresa que debería ser ejemplo en la pulcritud de sus finanzas tiene una deuda de 14 mil 355 millones de dólares hasta septiembre de 2011. Al inicio de este sexenio era de 7 mil 406 millones de dólares.
Por varios años se puso debajo de la alfombra la deuda de la CFE.
Ahora, son los contribuyentes quienes terminaremos pagando la mala administración de la Empresa, las prestaciones de los trabajadores de la CFE y el robo de energía que estos señores realizan en contubernio con usuarios del servicio que sencillamente no pagan.
Decía un senador que el problema económico del Estado es fácil de resolverse, sólo basta que los políticos y los trabajadores privilegiados de la CFE dejen de robar.
Acapulco, desde hace 10 años, ocupa el primer lugar en el robo de energía eléctrica.
Al menos 120 colonias de la zona de la periferia del puerto se roban la energía eléctrica, situación que coloca a Acapulco como el primer lugar a nivel nacional en este delito.
El asunto va más allá, los trabajadores reconocen que se han detectado centros educativos, oficinas públicas, hospitales, comercios, talleres de todo tipo y zonas residenciales que se roban la luz y en otros casos se han encontrado “diablitos” o “colgados” en esas áreas para ahorrarse un poco el pago del servicio, pero “sólo se han interpuesto entre y seis o siete denuncias penales ante la delegación de la Procuraduría General de la República y al menos cinco de ellas han ido a la cárcel por este delito”. El “arreglo” sustituye al procedimiento penal.
El superintendente de la CFE en Acapulco informó que el robo de energía que actualmente se registra en este municipio turístico asciende a los 800 millones de kilowatt-horas anuales, que significa arriba de mil millones de pesos que se pierden anualmente en la paraestatal.
Para acabar con el robo de energía, comentó que la CFE está implementando un proyecto de cambiar las líneas de alta tensión, postes y cableados para que la gente no pueda colgarse y además la lectura va a ser remota, el corte y la reconexión.
“Acapulco sigue siendo el peor de todos, el puerto es de los municipios que más nos roban la energía, entonces el proyecto es que estamos cambiando las líneas y las estamos adicionando el sistema de emisión centralizada en gabinetes, donde el gabinete del medidor está en la parte alta de la línea a la altura de la media tensión para que la gente no pueda colgarse”.
La idea es bajarle el porcentaje, el indicador de pérdidas actualmente lo tenemos en 35 por ciento, lo óptimo es bajarlo a 10 puntos porcentuales por lo menos de robo de energía”, dice. Pese a ello, las irregularidades no terminan. “Mientras la CFE no tome medidas drásticas con trabajadores y usuarios delincuentes, no se va a resolver el robo de energía”, confió un trabajador.
El problema se conoce, existen los instrumentos para resolverlo, pero en la solución de fondo, nadie está interesado, ya que es la fuente de enriquecimiento de trabajadores, líderes y funcionarios.
En espera que la crisis de esta “empresa con prestigio internacional” toque fondo y dé lugar a la privatización, es el pueblo de México quien paga este saqueo. El robo de unos, lo pagamos todos ¿Se vale?
aresza2@hotmail.com
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