28 de agosto de 2014

La propuesta del PRI


"El presupuesto que destinamos al Congreso, es sumamente costoso. El número de legisladores es excesivo. La capacidad de muchos de ellos es cuestionable, su presencia hace de la Cámara un Arca de Noé. Los estímulos, dietas, bonos y derroche que hacen, resultan insultantes para una población tan pobre como la mexicana"

El presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, César Camacho Quiroz, puso de nueva cuenta en el debate, el número de diputados y senadores que debieran tener las respectivas cámaras para hacerlas más funcionales y congruentes al proceso democrático que se respira en el país.

Propone una consulta pública para que los ciudadanos se pronuncien sobre la conveniencia de reducir a 100 de los 200 diputados plurinominales y desaparecer la representación proporcional en el Senado de la República (32 en la actualidad). Este segundo punto, sin duda alguna, no sólo es prudente, sino indispensable para restituir la naturaleza de la representación y el pacto federal, por lo que sólo abordaré el caso para diputados.

Este planteamiento no es nuevo. La representación proporcional, fórmula que se venía perfilando desde 1963, aún con muchos defectos (con los diputados de partido) se perfeccionó con la reforma electoral de 1977 para dar entrada a nuevas expresiones en la Cámara de Diputados y enriquecer la representación y el debate nacional en el órgano parlamentario.

Dos de los grandes estudiosos de los sistemas electorales (Cotteret y Emeri) señalaron que el escrutinio mayoritario es injusto y, a menudo, inmoral y añadieron que la injusticia es flagrante en el caso del escrutinio mayoritario de una vuelta, como es el caso de nuestras elecciones en México.

Gracias a la representación proporcional este fenómeno desigual queda más o menos compensado y otras corrientes ideológicas, correspondientes a la pluralidad propia de la sociedad, se representen en la Cámara de Diputados.

Esta idea se encuentra expresada en Aristóteles, Saint Just y Condorcet, en resumen en todos los autores liberales para los cuales la Asamblea de los Representantes deben ser microcosmos, una perfecta reducción del conjunto de los representados, expresando todos los matices físicos,
ideológicos y económicos del cuerpo social considerado.

Si no fuera por la representación proporcional, los partidos pequeños no estarían en la Cámara ni servirían de contrapeso a los más grandes, sobre todo cuando uno de éstos quiere mayoría para reformar la Constitución o aprobar una ley de importancia nacional.

Que los legisladores de partidos pequeños se corrompan y le hagan el juego al poder gubernamental, no tiene relación con el sistema electoral y de partidos, significan una distorsión de lo que en teoría debiera ocurrir.

Soy de los que afirman que la fórmula de nuestra representación legislativa debiera persistir, esto es, conservar la representación uninominal (por distrito) y la plurinominal (proporcional). Ya hay estudios avanzados en este sentido: Reducir el número de diputados de mayoría a 200 (en una nueva distritación electoral), al mismo tiempo de eliminar a 100 de representación proporcional, llevaría a los mismos resultados previstos por el dirigente nacional del PRI en su propuesta: “La eventual modificación constitucional traería una mejor distribución del gasto público, facilitaría la construcción de acuerdos y la toma oportuna de decisiones, además de que daría una mayor participación a las minorías”.

Con 300 diputados, la esencia de nuestra democracia permanecería inalterable. Mayorías y minorías seguirían representadas.

Coincido con el politólogo Luis Miguel Pérez Juárez, catedrático del Tecnológico de Monterrey, en su afirmación de que “no sólo la gran mayoría (de mexicanos) se pronunciará a favor de esta medida, sino que hasta le parecerá poco reducir la cámara en tan sólo cien diputados”.

En un panorama general en América Latina, encontramos que, comparando parlamentos, salvo Brasil, que tiene 13 más que nosotros, México es el país con más diputados (500). Argentina tiene 257, Bolivia 130, Brasil 513, Colombia 166, Chile 120, Estados Unidos 435, Paraguay 80 y Uruguay 99. Consideremos que Brasil y Estados Unidos, tienen una cantidad mayor de población que México.

Redimensiones de nuestra Cámara de Diputados, regresemos la naturaleza federativa del Senado.

El presupuesto que destinamos al Congreso es sumamente costoso. El número de legisladores es excesivo. La capacidad de muchos de ellos es cuestionable, su presencia hace de la Cámara un Arca de Noé. Los estímulos, dietas, bonos y derroche que hacen, resultan insultantes para una población tan pobre como la mexicana.

La reducción en su número y la transparencia en sus gastos, no sólo es una necesidad, sino un reclamo de la población en general.

aresza2@hotmail.com

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