16 de octubre de 2014
Guerrero (1960-2014)
“Aquel que no conoce la historia, esta condenado a repetirla”.
Napoleón Bonaparte.
En 1961 el Senado de la Republica, conforme a sus facultades constitucionales, declaró la desaparición de poderes en Guerrero.
El Informe de la Comisión señaló: “Es evidente que los poderes locales del Estado de Guerrero han dejado de tener existencia real y jurídica, tanto porque se ha vuelto imposible que los individuos que lo formaron pueden ostentar en lo sucesivo sus investiduras y cumplir con sus funciones, como porque la sociedad guerrerense ha llegado a un estado de tensión, inconformidad y repudio de dichas personas, de una intensidad tal que impediría por completo la restauración del orden normal, el funcionamiento de los órganos de autoridad y la vigencia de libertad indispensable para el funcionamiento del régimen democrático, representativo y popular dentro de la constitución de aquella entidad federativa y de la general de la república”.
“En virtud de lo antes expuesto, agrega, y de que han desaparecido los poderes en el Estado de Guerrero, es el caso de solicitar del ejecutivo federal una terna para la designación de un gobernador provisional”.
El diputado federal por Tlaxcala, Emilio Sánchez Piedra, previamente, en sesión del 8 de noviembre de 1960, una vez que la diputada guerrerense Macrina Rabadán Santana, nacida en Cuetzala del Progreso, expuso la grave situación que existía, consideró que, “si el gobernador guerrerense había cometido un delito oficial o del orden común, correspondía a le legislatura local como representante del pueblo, juzgar al gobernador; pero que si dicho congreso era ya incapaz de cumplir con sus facultades que le encomendaban las constituciones federal y local y el pueblo de Guerrero, entonces se consideraba que había desaparecido el orden constitucional, debiendo intervenir la Cámara de Senadores para el nombramiento de un gobernador provisional”.
Gobernaba, al igual que hoy, un político nacido en Ometepec: el general Raúl Caballero Aburto.
El 30 de diciembre de 1960 el movimiento estudiantil que surge en un contexto social generalizado, apoyado por amplios sectores de la sociedad, particularmente por jóvenes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y la Asociación Cívica Guerrerense, fue reprimido por la fuerza policiaca en el centro de la ciudad de Chilpancingo, represión que llevó a la caída de Raúl Caballero Aburto, el 4 de enero de 1961.
Con fecha 20 de junio de 1960, en una nota editorial del Diario de México, se denuncia que el cacicazgo guerrerense lo encabeza el general Luis Raul Caballero Aburto, a quien se acusa con insistencia de “abusar en exceso de su autoridad, violar las libertades constitucionales, llevar a cabo las más sañudas y crueles persecuciones contra sus opositores y practicar en grande el nepotismo”.
A raíz de los acontecimientos del 12 de diciembre del 2011, cuando decenas de normalistas exigían el cumplimiento de una audiencia con el gobernador Ángel Aguirre Rivero, dos jóvenes fueron asesinados en la Autopista del Sol, por agentes de la Procuraduría del Estado, escribí en un artículo titulado Los deberes de la amistad y de la ley, lo siguiente:
“De nueva cuenta Guerrero es nota nacional. Y no precisamente en temas que nos llenen de orgullo.
“Nuestra historia se repite, con los errores y horrores de las fuerzas del orden público.
“La defensa primaria del gobierno es patética. El discurso oficial y las inserciones de apoyo en los medios de comunicación parecen desprendidos
de la misma matriz despótica de la década de los sesenta; para seguir el guión del autoritarismo”
La masacre y desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, aunado a la muerte de ciudadanos de bien y un deportista adolescente en Iguala, el pasado 26 de septiembre, agravó la ingobernabilidad en Guerrero, y marcó el deslinde político y jurídico del gobierno federal.
Lo ocurrido con los normalistas…..es un "hecho verdaderamente inhumano, prácticamente un acto de barbarie que no puede distinguir a México", dijo el presidente Enrique Peña Nieto.
"No podemos ignorar lo que sin duda ha causado una enorme indignación, por lo ocurrido". El hecho "ha causado consternación e indignación, no solo entre los mexicanos, sino también en distintas partes del mundo".
"Este es un hecho que no puede permanecer impune. En pocas palabras, no cabe, el menor resquicio de impunidad".
"Tenemos que ir a profundidad, y tope donde tope, llegar a los responsables. Aquellos que por negligencia o por actuación, permitieron o solaparon que esto pudiera ocurrir”.
Medio siglo después, como en un juego de serpientes y escaleras, Guerrero está en la misma situación que prevaleció en el gobierno de Caballero Aburto. Nada hemos avanzado, la clase política en su conjunto, sigue reeditando tragedias e irresponsabilidades.
aresza2@hotmail.com
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