7 de enero de 2014

A recoger varas


Hay un refrán que dice: "hay tiempos de tronar cuetes y tiempos de recoger varas" (sentencia que enuncia que todo tiempo tiene su momento y cada cosa su tiempo bajo el cielo). Desde el punto de vista del ingreso familiar, a la inmensa mayoría de los mexicanos, desde hace mucho tiempo, solo les ha tocado recoger varas.

El 1 de enero entró en vigor el nuevo salario mínimo de 67.29 pesos diarios en el área geográfica A y de 63.77 pesos en el área B. El aumento fue de 3.9 por ciento, es decir, 2.52 pesos más en la zona A y 2.39 pesos adicionales en la zona B. Los guerrerenses nos encontramos en la zona A, junto a Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Distrito Federal, Jalisco, Estado de México, Nuevo León, Sonora, Tamaulipas y Veracruz

Que se haya decidido ese aumento al salario mínimo indica el desprecio con el que es tratado un trabajador en México. En comparación con otros países, nuestros trabajadores están por debajo de los raquíticos salarios mínimos de Guatemala o El Salvador y muy por debajo de los que se pagan en Chile o Brasil. La precariedad de los salarios en México es un insulto si se compara con la percepción del trabajador en los Estados Unidos de Norteamérica, en donde el salario mínimo es de 7.25 dólares por hora, 58 por una jornada de ocho, 348 a la semana, mil 392 dólares al mes, lo que representa, al tipo de cambio moderado, 18 mil 180 pesos mexicanos al mes.

Muchos mexicanos laboran ochos horas diarias por esa paupérrima paga, pero no les queda más que aguantar ese suplicio. Esta ignominiosa situación refleja la inmensa desigualdad que impera y explica, por qué nuestro país es el único dentro de la región latinoamericana que experimenta un aumento del número de pobres en cualquiera de sus modalidades.

Pero, ¿cuánta gente sobrevive con estos ingresos de 403.74 pesos semanales, de mil 615 pesos al mes en la zona A y de 382.62 pesos semanales, de mil 530 pesos mensuales en la zona B? ¿Cuánta gente GANA UN SALARIO  mínimo en México? ¿Cuánta gente inicia 2014 así? No pocos. De acuerdo a los datos más recientes del INEGI, 6.7 millones de mexicanos perciben un salario mínimo. Eso representa 15.1 por ciento de la población ocupada en el país.

Toda esta gente apenas puede completar la canasta alimentaria básica por persona (no por familia) que marca el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval, organismo que mide la pobreza en el país), que la estimó en mil 202.85 pesos para noviembre de 2013. Es decir, que a estos millones de mexicanos solo les sobran 412 pesos (zona A) y 327 pesos (zona B), los cuales tienen que dedicar al resto de sus gastos mensuales. Para que pudieran alimentar a una familia de cinco miembros, necesitarían cinco salarios mínimos.

Pero hay a quienes les va peor: los millones de mexicanos en edad laboral, que no perciben ingreso alguno. El INEGI tiene otro indicador: la población "vulnerable por ingresos", que marca en 7.2 millones de mexicanos. Es la gente que con sus ingresos no consigue un mínimo de bienestar.

Los contrastes generalmente conducen al absurdo. La diferencia abismal de los salarios que reciben los directivos de los gobiernos central, estatal o municipal, sin considerar bonos y aguinaldo y lo que perciben la inmensa mayoría de mexicanos, es insultante. No se cuestiona el "profesionalismo", sino la incongruencia, la desigualdad y las inconsistencias que nos caracterizan como país.

Difícil decisión tendrá que tomar el trabajador para administrar los dos pesos 52 centavos que se incrementaron al salario: comprar 5 tortillas o un bolillo para la dieta familiar. Para el "accesible y eficiente" Acabús, no va a alcanzar. El asalariado seguirá siendo ciudadano de a pie.

¿Cómo puede haber crecimiento con justicia con estos salarios de hambre? La pérdida de poder adquisitivo tiene efectos negativos para la economía, el mercado interno se debilita, y la demanda interna también se ve afectada para fungir como motor del crecimiento. La incongruencia es manifiesta.

Por cierto, ¿Dónde estaban los legisladores de izquierda para enfrentar esta decisión? "Cantando villancicos, señor", contesta Fuenteovejuna. "Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver a Dios nacer"... "Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido".

¡Feliz salario mínimo 2014!

aresza2@hotmail.com

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