11 de marzo de 2014

Viejos y nuevos vampiros


Cierto que los vampiros no tienen idea de lo que es la moral. Todas las ciudades son buenas para ser
VAMPIRO. La mayor parte de los chupasangres son de apellidos regios. Europa es la cuna de los vampiros.

Un francés diría que los mejores vampiros de la historia provienen de París. Los chinos, que andan en todas, dirían que su vampiro: "Sa famille étai óriginaire du Péking".
Hace más de un siglo que el crítico literario y escritor irlandés Bram Stoker escribió su célebre novela “Drácula”. Tanto el autor como su personaje eran singulares. El escritor fue un niño inválido que no se tuvo en pie hasta los siete años de edad. Basándose en su fuerza de voluntad superó sus limitaciones y llegó a ser un excelente jugador del equipo de futbol de la Universidad de Dublín. En cuanto a Drácula es el vampiro que, de acuerdo con las leyendas populares, sale nocturnamente de la tumba, en forma de murciélago, succionando la sangre de las personas dormidas para alimentarse.

Según la tradición, al conde Drácula parece que no le hacían mucha gracia los ajos ni las estacas clavadas en el corazón.

Los mexicanos, cada día, despertamos con notas en los medios de comunicación que nos informan de fraudes en la política y la economía, de viejos y nuevos Dráculas.

Hoy Oceanografía ocupa los espacios informativos, es la segunda empresa proveedora marítima de Pemex. De ese tamaño. Sólo está por debajo de la compañía del empresario Ramiro Garza (Grupo R).

De ahí la complejidad de los contratos, donde cada uno de ellos tuvo que pasar por filtros completos y variados dentro de Petróleos Mexicanos, y ni se diga de los comités de evaluación de los créditos dentro de Banamex.

Oceanografía fue intervenida por el gobierno mexicano a fin de garantizar las operaciones de la compañía, mantener las fuentes de empleo y tratar de resarcir los daños económicos causados a instituciones financieras nacionales e internacionales, así como al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Cuando Banamex y Pemex se sentaron a cotejar las cifras de la empresa Oceanografía, vieron de inmediato cuentas por cobrar falsas, fianzas que no se pagaron y contratos apócrifos. La conclusión de ambos fue contundente: Estaban frente a un fraude complejo, de alta ingeniería financiera, cuya realización sólo pudo lograrse mediante la complicidad de la empresa, pero también de personal de la paraestatal y del banco.

Ahí es cuando intervino la PGR.

Oceanografía pertenece a Amado Yáñez Osuna, un empresario que terminó comprando el equipo de futbol Club Querétaro (“Los Gallos Blancos”). Su empresa está intervenida por el SAE. Su equipo de futbol está puesto a la venta.

Y las pesquisas en Pemex y Banamex siguen a profundidad. El fraude de Oceanografía con nombres de funcionarios o familiares ligados a funcionarios de los últimos dos sexenios, fue de pronóstico reservado: Hecho con alta ingeniería financiera y falsificando todo lo falsificable para obtener 400 millones de dólares de contratos que jamás existieron. Parece ser la punta
del iceberg.

Cuando Bram Stoker creó el personaje de Drácula para su novela de terror publicada en 1897, lo hizo inspirándose en Vlad Tepes, un singular príncipe de Valaquia que vivió en el siglo XV. Según numerosas fuentes, “Vlad el empalador” (como era conocido) padecía una enfermedad llamada “porfiria eritropoyética” la cual se caracteriza, entre otras cosas, por retraer las encías, causar fotosensibilidad (fotofobia), anemia y en la que la ingesta o contacto con el aroma que desprende un ajo puede agravarla.

La exhaustiva documentación para crear al personaje de Drácula llevó a Stoker a dotar al mismo de todos los Ads by macshop síntomas de dicha patología, de ahí que los VAMPIROS que nos podemos encontrar en cualquier novela, cómic o film sean sensibles a la luz solar (debido a la fotofobia), necesiten sangre para sobrevivir (a causa de la anemia, ya que los enfermos de porfiria eritropoyética debían recibir transfusiones de sangre y cuando ésta aún no existía era ingerida oralmente), les crecieran los colmillos (por las encías retraídas que dejaban al descubierto mayor parte de la dentadura) y una ristra de ajos, al comerlos u olerlos agravaba severamente la enfermedad.

Los vampiros mexicanos no se ahuyentan ni con la producción mundial de ajos. Son fuertes, vigorosos, protegidos por aquellos que tienen que ver con la justicia.

In saecula saeculorum.

Leer el artículo en Novedades de Acapulco


No hay comentarios.:

Publicar un comentario