“En la agenda política inmediata se vislumbra una necesidad imperativa: Encontrar los mecanismos que permitan articular una nueva convivencia y de interacción política que favorezca la reconstrucción de las estructuras de poder y de servicio”.
Guerrero es un Estado de puntos y contrapuntos, de más retrocesos que de avances. El fracaso evidente de nuestro sistema de representación obliga a un cambio de rumbo, una nueva estrategia para darle sentido a la política.