30 de julio de 2013

Guerrero sin directriz



Siempre he afirmado que se puede gobernar sin recursos, pero jamás sin ideas. Las ideas convocan y articulan las acciones de gobiernos y sociedades. Sin ellas es imposible superar obstáculos, concretar programas o acciones en la administración pública e incluso en el hogar.

El gobierno de Ángel Aguirre Rivero no tiene directriz, en cada declaración subyace la ocurrencia, alegre, dicharachera, anecdótica. La eficacia de la demagogia, disminuida, persiste.





El dispendio y la irresponsabilidad no se sancionan. Programas millonarios fracasan por la incapacidad o la desviación de recursos. Los que se ejecutan, carecen de planeación. Ante ello, no hay acciones punitivas.

La izquierda, por su articulación y agregación de intereses, perdió la energía para cuestionar los desaciertos del gobierno al que pertenecen. Regiones enteras están en manos de otros poderes, con autoridades sometidas a grupos delincuenciales. Ante la amenaza, más de un alcalde ha abandonado el territorio que dice gobernar. La seguridad pública es un reclamo que ha perdido fuerza ante lo evidente: el gobierno ha sido rebasado en sus funciones constitucionales.

La direzione (liderazgo que se apoya en el consenso, la supremacía ideológica y cultural), planteada por Gramsci, o incluso en el elemento de la dominazione (coerción en el sentido leninista más amplio) están extraviadas en el gobierno de Guerrero, lo que explican su comportamiento político.

¿Cuáles son los nudos históricos -límites y alternativas- de gobiernos como el de Guerrero?

Tratemos de presentar una respuesta inicial que pueda ser útil a la reflexión en este tema tan vasto y a la vez urgente de dilucidar.

Linz, estudia los regímenes de autoridad tradicional y gobierno personal, que nos permite determinar cuáles son los cambios sustantivos y cuál es el "mapa" en el cual se mueve este tipo de gobiernos, y establecer las coordenadas en la construcción del cambio político.

Podemos afirmar que el grado o tipo de pluralismo limitado que en la práctica vivimos y las formas en que dichos regímenes se apoyan en la apatía política y la desmovilización de la población o las movilizaciones limitadas y controladas, explican las dimensiones fundamentales de nuestra tipología política, de ahí que el tema de la modernización y el desarrollo político es recurrente en el discurso, pero ajeno de la praxis regional.

Esta visión se acentúa por la subordinación de poderes al Ejecutivo que explica nuestra involución democrática, atraso económico y permanente inestabilidad política y social. La dosis creciente de violencia es parte de este fenómeno, no es circunstancial. Nuestro proceso de transformación de sociedad tradicional a sociedad moderna será tan largo y complejo como lo permita la reproducción de esquemas premodernos de representación.

De ahí que los gobiernos personales o familiares, son incompatibles con la participación política y la convivencia democrática.

En Guerrero, estamos ante un límite en nuestro orden político (en la acepción de Gaetano Mosca y su teoría de las clases gobernantes), en que las instituciones han dejado de funcionar dentro de sus propósitos de dirección y administración social; en donde el grupo gobernante ha perdido su capacidad de hacer uso de las instituciones públicas, por la insuficiencia de representación, perdida de legitimidad y falta de profesionalización administrativa.

La existencia de este nudo histórico exige de posibilidades alternativas.

aresza2@hotmail.com

Leer artículo en Novedades de Acapulco

No hay comentarios.:

Publicar un comentario